En los últimos días he tenido en mi mente que hay una gran diferencia al enfrentar desafíos en la vida cuando su estado de salud forma parte del desafío.
Una cosa son problemas con salud y otra sin salud. Y reflexionando tuve una luz de entendimiento respecto de la carga emocional que conlleva el preocuparse por los desafíos y descuidar la salud, la cual tiende a deteriorarse al ver que el horizonte se estrecha. Está carga emocional causa una baja de defensas y por ende se presentan síntomas diversos, dependiendo también de los antecedentes, lo más triste es como el descuido o abandono del cuerpo asociado con emociones como la angustia, estrés, etc. Inicia una carrera de síntomas que además de crear enfermedad, ralentiza la obtención de posibilidades para mejorar la situación.
He percibido de manera directa que existe una gran diferencia al enfrentar desafíos en la vida cuando nuestro estado de salud forma parte del desafío. Cuando estamos sanos, tenemos más energía y resistencia para enfrentar los problemas. Sin embargo, cuando estamos enfermos, nuestros recursos físicos y emocionales se ven disminuidos, lo que hace que sea mucho más difícil hacer frente a las dificultades.
Una de las cosas más importantes que podemos hacer cuando enfrentamos desafíos en la vida es cuidar de nuestra salud. Esto significa comer alimentos saludables, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente. También es importante evitar el estrés y la ansiedad, ya que pueden tener un impacto negativo en nuestra salud.
Cuando descuidamos nuestra salud, nuestro cuerpo se debilita y se vuelve más susceptible a las enfermedades. Esto puede conducir a un círculo vicioso, en el que nuestros problemas de salud nos hacen sentir peor, lo que a su vez dificulta aún más el cuidado de nuestra salud.
Por otro lado, cuando cuidamos de nuestra salud, tenemos más energía y resistencia para enfrentar los desafíos de la vida. Esto nos permite ver el horizonte de manera más amplia y tener una actitud más positiva. También nos ayuda a mantener nuestras emociones bajo control y a evitar que el estrés y la ansiedad nos abrumen.
Por lo tanto, es importante recordar que nuestra salud es nuestro bien más preciado. Debemos cuidarla y protegerla, especialmente cuando enfrentamos desafíos en la vida. Cuando estamos sanos, tenemos más recursos para hacer frente a los problemas y más posibilidades de superarlos.
La enfermedad genera baja autoestima o bajo aprecio por el cuerpo y puede alimentar más abandono.
Sin querer se desarrolla un rechazo al cuerpo y por lo tanto desamparo, optando por la búsqueda de soluciones rápidas a los síntomas, (drogas paliativas , no curativas)
Este rechazo, puede llevar a no comer a horas, falta de ejercicio, alimentación desbalanceada, bajo provecho del sol,
desarrollando así un sentimiento negativo hacia el cuerpo, y la única solución es el perdón personal y crecer en el cariño personal.
Entonces, qué hacer: Perdónese por permitirse entrar en esa etapa de abandono y tome acción.
Cuando enfrentamos problemas en la vida, es muy importante que cuidemos de nuestra salud. Imagina que tu cuerpo es como un jardín. Si no lo riegas, no le das suficiente sol y no lo cuidas, las plantas se marchitan y no crecen bien. Lo mismo pasa con nuestro cuerpo cuando no comemos bien, no hacemos ejercicio y no descansamos lo suficiente. Esto nos hace sentir cansados y tristes, y es más difícil resolver nuestros problemas.
A veces, cuando estamos muy preocupados o tristes, podemos olvidarnos de cuidar nuestro cuerpo. Esto puede hacer que nos enfermemos más fácilmente. Es como si el jardín empezará a llenarse de malas hierbas. Pero hay una manera de mejorar esto: el perdón. Perdonarnos a nosotros mismos por no haber cuidado nuestro cuerpo es como sacar esas malas hierbas y empezar de nuevo. Decirnos “está bien, puedo hacerlo mejor” nos ayuda a sentirnos más felices y con más energía.
Cuando nos perdonamos, nos damos otra oportunidad para cuidar nuestro jardín. Podemos empezar a comer alimentos saludables, hacer ejercicio y dormir bien. Así, nuestro cuerpo se vuelve fuerte y tenemos más fuerza para enfrentar los problemas. Recordemos que cuidar de nuestra salud es muy importante y podemos hacerlo mejor cada día.
Ocho pasos hacia un perdon saludable
1- acuéstese temprano y levántese temprano.
2- inhale y respire profundamente
3- ejercítese.
4- “identifique su voz” es positiva o negativa, modifique sus conversaciones personales.
5- haga un inventario de sus dolores. (Físicos, mentales, sociales, económicos)
6- Construya un nuevo lenguaje respecto de sus dolores. (Repita todos los días, hablase todos los días).
7- Escriba acerca de la experiencia. Lleve un registro de su trabajo.
8- Comparta la experiencia